¿Cómo te sentirías si te amputan una pierna pero la sigues sintiendo como parte de ti el resto de tu vida? Pues esto es lo que les pasa a los afectados por el síndrome que hoy nos ocupa. Veamos entonces…
El síndrome del miembro fantasma se trata de un cuadro de sensaciones, dolor, picor, sensación térmica, que sienten algunas personas en un miembro amputado, que persiste pese a no tenerlo. Varía mucho dependiendo de los casos pero lo cierto es que casi dos tercios de las personas amputadas dicen sentir este tipo de percepciones.
Antiguamente, se pensaba que esta patología radicaba en los nervios periféricos del miembro amputado, por lo que los tratamientos se encaminaban a paliar la zona. No obstante, hoy en día se sabe que su componente fisiológico se basa en la “persistencia en el tiempo de áreas cerebrales dedicadas a ese miembro que no reciben respuesta del mismo y generan una descarga espontánea que contamina otras percepciones y se cronifica” (Alfonso Vidal Marcos, anestesiólogo). Según múltiples expertos, el dolor es tan intenso y la sensación tan insoportable que muchos de los afectados piensan en el suicidio para acabar con tal sufrimiento.
En la actualidad, se utilizan los procedimientos y métodos enfocados a que los pacientes reacondicionen el cerebro a través de juegos como el de los espejos (condicionamiento sensorial).
Existen casos registrados de personas que, tras haber sufrido, por ejemplo, una amputación del brazo derecho y haber pasado por la alteración en cuestión de forma cronificada, se sometieron a varias cirugías de reconstrucción sin éxito. Sin embargo, una vez pautados analgésicos y la terapia antes mencionada se consiguió en la mayoría de casos que el dolor desapareciera y, pese a que la sensación sigue presente aunque disminuida, se mejoró exponencialmente su calidad de vida y su esfera personal (autoestima, superación, esperanza, etc.).
Uno de los episodios más reconocidos a nivel mundial fue el de los soldados mutilados de la batalla de Gettysburg, quiénes optaron, en su mayoría, por el suicidio.
Testimonios
Julio ha perdido un dedo en un accidente laboral con una sierra eléctrica. Sin embargo, a día de hoy sigue sintiendo mucho dolor en la región. En el siguiente vídeo nos cuenta su historia: