La púrpura trombocitopénica es una enfermedad en donde el número de plaquetas disminuye drásticamente, debido a que los órganos del sistema inmune producen anticuerpos contra las plaquetas, lo que hace que el bazo reconozca a las propias plaquetas como células extrañas y las destruya. También está asociada a la ausencia de la enzima ADAMTS13, que causa una acumulación tóxica de plaquetas. Los niños son más propensos a sufrir de PTI tras una infección vírica, pero positivamente esta remite de manera espontánea.
Estos pacientes pueden permanecer asintomáticos (raras veces), o pueden presentar hemorragias cutáneas o por mucosas persistentes (epistaxis, menorragia, equimosis). Lo más peligroso son los sangrados internos, ya que, muchas veces no se detectan y al tener un déficit plaquetario, la hemorragia no se va a detener hasta que sea demasiado tarde.
Para diagnosticarla se realiza una analítica sanguínea para identificar el número total de plaquetas presentes, el cual será muy bajo y si este es menor a 20.000/mm.3 (trombocitopenia) nos encontramos frente a un importante riesgo vital para el paciente.
Normalmente se trata mediante corticoides, inmunosupresores, gammaglobulinas intravenosas y, en una última instancia, se realiza una extracción del bazo (esplenectomía)